Estuve tres semanas en Italia con Alice y su familia, con la que estoy todavía en contacto.
En ese tiempo conocí gente que sabe español, porque normalmente allí se imparten clases de dos o tres idiomas.
Al ser el idioma italiano muy similar, no nos era
muy difícil comunicarnos, por ejemplo, con Laura, la madre de Alice, que no sabía español. A las dos semanas prácticamente podía entender todo, aunque a hablar solo aprendí palabras básicas.
La familia de Alice me acogió muy bien, me hicieron la estancia muy amena y cómoda, además de preocuparse continuamente por mí.
Estuve cinco días en los Alpes donde tienen un apartamento, y allí visitamos Cortina d’Ampezzo; también me llevaron mucho a la piscina porque hacia un calor insoportable, y estuve unos días en la playa en l’Ille di Nazioni.
La gastronomía italiana es espectacular, siempre trataban de mostrarme platos típicos.
También tuve mucha suerte de conocer a un amigo que vive en Santander y casualmente estuvimos juntos allí en Padova. Él hizo el intercambio también con
Adolesco y estuvo en la casa de un amigo de Alice. Luego, al volver quedamos algún día en España y lo pasamos genial juntos.