Adolesco nace de la convicción de que el intercambio lingüístico y cultural ofrece a los niños, jóvenes y a sus familias extraordinarios beneficios. Su mayor propósito es conseguir una relación de amistad y ello se logra con la implicación de los padres y hermanos/as, que viven conjuntamente la experiencia de preparar la marcha de uno de sus miembros y la llegada de un/a hermano/a nuevo/a.
Adolesco tiene una historia que queremos contar aquí para que se entienda mejor nuestra filosofía y nuestros objetivos.
Adolesco nace de la gran experiencia obtenida por sus fundadores, Jacques y Katherine Pinault. Desde 1978 habían estado realizando programas de intercambio lingüístico con inmersión en familia durante periodos de seis meses. Xavier Racinais fue el primer niño en hacer un intercambio, cuando tenía 9 años.
En 2011 él y su mujer, Florence, decidieron junto con Jacques y Katherine, fundar Adolesco para ofrecer una versión más breve de esta estupenda idea. Adolesco abarca un abanico más amplio de edades, de 9 a 17 años y el periodo de estancia puede variar entre tres semanas y los tres meses.
Adolesco es una asociación francesa sin ánimo de lucro. Cuenta en cada país con representantes que sienten una gran motivación por dar a conocer esta experiencia. Todos ellos la han conocido como padres. Cada representante conoce varias lenguas y ello permite que participe en el equipo internacional de Adolesco. Ellos están dispuestos a escucharos y a ayudaros durante todo el intercambio.
La propuesta de una familia de intercambio se hace tras el estudio de la información recogida durante el proceso de inscripción. Los dosieres de los candidatos son seguidos por los representantes de ambos países en todos los momentos del intercambio. Los dosieres son los mismos en todos los países.
No es simplemente un intercambio lingüístico: os proponemos algo bastante diferente.
Nuestro objetivo es crear amistades entre los distintos países y culturas, una amistad entre dos niños/adolescentes y sus familias. Para nosotros esta es la parte más importante, ya que una vez iniciada la amistad, los beneficios lingüísticos vendrán con toda naturalidad.
A lo largo de su estancia en el extranjero, tu hijo/a escuchará la lengua extranjera 24 h/7 días a la semana. Pero también, gracias a la amistad que haya crecido durante las dos partes del intercambio, estarán más motivados para seguir aprendiendo.
Desde luego, volver a visitar a su nueva familia en los años siguientes le ayudará también a mantener su nuevo idioma.
Desde el principio, después del primer intercambio de larga duración que hicimos, vimos que los resultados lingüísticos eran notables, ¡pero que el lado humano de la aventura fue aún más sorprendente!
Aprender un nuevo idioma, entender otra cultura y crecer más allá de nuestras fronteras culturales nos beneficia a nosotros, a nuestras familias y a nuestro mundo.